21 de marzo de 2013

LA FALACIA DEL MarKeTing PERSONAL




Hay personas que me vienen solicitando la fórmula para “comercializarse”, las personas continúan queriendo “venderse” , algo así como utilizar lo que se ha denominado MarKeTing personal.

Desde la honestidad que me caracteriza (algo que me dijeron no produce dinero, no es comercial) suelo exponer que el MarKeTing personal es un término asociado a una filosofía obsoleta y moribunda.

Desde mi punto de vista este es uno de los casos, en los que se pretende el cambio de paradigma desde estructuras antiguas que, en el fondo y en la forma, promueven la re-producción en detrimento de la re-creación. Es decir, una falacia, un engaño, una falsa propuesta de cambio trans-formativo.

En mi labor como formadora de disciplinas como la PNL, entre otras áreas, me parece importante ir al fondo de lo que las palabras y expresiones  mueven. Las palabras son importantes y filológicamente obedecen a la estructura en la que fueron creadas. Por tanto mueven comportamientos que obedecen a esas mismas estructuras.

Si estamos fomentando que las estructuras cambien, ¿cómo no cambiar las palabras y expresiones que utilizamos? ¿Cómo no propiciar el cambio unívoco hacia otro estado?

Desde mi visión, entramos en contradicción cuando dejamos de usar palabras alineadas con nuestro propósito. Si seguimos fomentando esta contradicción probablemente no consigamos el cambio que buscamos. Y quizá nos preguntemos ¿Por qué no lo consigo? Es algo parecido a andar hacia atrás cuando mi objetivo está dos metros más adelante.

Según la American Marketing Asociation, el Marketing es la “disciplina dedicada al análisis del comportamiento de los mercados y de los consumidores. El marketing analiza la gestión comercial de las empresas con el objetivo de captar, retener y fidelizar a los clientes a través de la satisfacción de sus necesidades”

Desde lo que yo he experimentado y pruebo a re-crear constantemente, se trata de un argumento susceptible de cuestionamiento como cualquier forma de proceder, máxime cuando impide un cambio de paradigma generativo y sostenible.

Las estrategias  “marketinianas” focalizan su atención y esfuerzo en la comercialización de un producto (en este caso, personal). Sin embargo, ¿No es lo excelente ofrecer un producto único y genuino?.  

Una buena campaña de MarKeTing personal no implica necesariamente que el producto haya alcanzado la excelencia ni que los métodos de comercialización  sean honestos. El fin, en cualquier caso, es vender el producto, pase lo que pase, pese a quien pese y pise a quien pise (como me dijeron en más de una ocasión).  

Un producto excelente, con marca propia, es reconocible y se adquiere por su propio valor, no asocia su éxito a una campaña de marketing o comercialización exclusivamente.   

La elaboración (de manera consciente e inconsciente)  y proyección de una marca personal es, en sí misma, una garantía de su valor añadido. Una cuestión diferente es, la inversión estratégica de esa marca para que alcance su máxima expresión.

¿Para atender a necesidades ajenas? En mi opinión no se trata de necesidades sino de una elección libre fundamentada en la inspiración que promueve la acción y la re-creación continua.

Claro que esto requiere un gran compromiso con uno mismo y con los otros así como una alta dosis de generosidad, humildad y autocrítica transformadora. Y parece ser, que esto resulta bastante más complejo e incómodo para algunos….

El marketing obedece a técnicas de análisis y comercialización no necesariamente honestas y congruentes con el “producto” o “servicio” y con el destinatario del mismo. Una marca personal trasciende las meras técnicas de análisis y venta y promueve la inspiración del propio “producto” y en consecuencia de los destinatarios.

Cuando alguien descubre su marca propia y se ocupa de SER, trasciende más allá de lo que puede hacerlo una campaña de marketing y por tanto, haga lo que haga, es reconocible.

¿Competir con otros seres únicos? Me parece absolutamente absurdo.

Para una Marca Personal no existe competencia válida salvo la de uno mismo.


Yo, he elegido SER mi marca personal ¿ Y tú?

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