“ Mi nombre es Mª Carmen y soy un
ser humano como vosotros. En mi pulular por el mundo hasta ahora, he sentido
miedo e ira, he opuesto resistencia,
he generado cambios, me he equivocado muchas veces y he obtenido logros
otras tantas……”
Este es el inicio de mi
presentación en cualquiera de los cursos que imparto. Este es el inicio de la
enseñanza que comparto.
Quizá no era, hasta ahora, lo
suficientemente consciente de la importancia (por la respuesta que causa en las
personas a las que acompaño) de mantener este fundamento a lo largo de toda la
formación no solo a través de los contenidos sino también de mi comportamiento.
Quizá no era, hasta ahora, lo
suficientemente consciente de que transmitir y potenciar esta idea supone un
puntal importante para impulsar el cambio de paradigma.
En general, venimos re-produciendo
un modelo que propone a grandes gurús que nos transmiten su sabiduría “mágica”
desde “el más allá”.
Un modelo que re-produce un
mensaje subliminal con un claro desequilibrio:
“ yo sé, tú no sabes” o lo que es
lo mismo “yo estoy bien, tu estás mal”
Desde mi punto de vista, el
modelo gurú está muriendo.
R.I.P ¿compartir? desde la distancia del estatus.
R.I.P mostrarse como alguien invencible más allá del pobre y
absurdo devenir mundano.
R.I.P la perfección intrínseca.
R.I.P el trato distante y
hermético. La falta de sensibilidad y el coraje de mostrarla.
R.I.P porque todos estos
presupuestos llamémosles “gurueles” emiten una imagen distorsionada del
esfuerzo y el coraje que supone conseguir objetivos, propiciar cambios,
afrontar cualquier reto y aceptarnos como seres completos.
Es como aquellas modelos con un
cuerpo despampanante que afirman, cuando se les pregunta, comer de todo a todas horas, no hacer nada de
ejercicio y cuidarse nada. ¿Alguien se lo cree?
O vemos en las revistas imágenes
de cuerpos esculturales que alguien, más tarde, desvela están re-tocadas con
photoshop.
Los gurús son imágenes retocadas
con PhotoShop.
Las personas requieren, en este
momento, ejemplos de otras personas que aun siendo im-perfectas hacen posible.
Personas que construyen con sus acciones un proceso de cambio. Personas que
muestran que son completas, y esto incluye aceptar los enfados, la impotencia,
sentir en ocasiones que no soy capaz, equivocarme, mostrarme vulnerable,
incongruente, triste…
Utilizando la analogía anterior,
es preciso en este momento que, sobre todo en los procesos de formación,
mostremos también la belleza de las estrías, la carne algo fláccida, las
cicatrices, los granos, las canas, las arrugas, las ojeras….como evidencias del
proceso vivido. Algo parecido a lo que muestra Dove con su campaña para mujeres
reales.
Dejemos de ofrecer y elegir imágenes
distorsionadas del éxito como resultado de haber sido tocados por una varita
mágica. A menudo los gurús se muestran como si hubiesen conseguido este éxito por ciencia
infusa.
A menudo los gurús se olvidan de
su esencia, se olvidan del camino recorrido.
Los gurús propician un enfoque inalcanzable
de lo que significa ser excelente, produciendo en ocasiones la frustración de
otros que prueban a alcanzarlo. Y sí, puede que nos sintamos atraídos por la
seductora estela de un gran gurú, pero esto ocurre durante un tiempo limitado,
hasta que nos damos cuenta de su naturaleza humana y des-creemos todo lo que
nos ha enseñado.
Un maestro te muestra que el
éxito puede requerir esfuerzo, coraje, disciplina, creación, vulnerabilidad,
“remangarse” para hacer, subidas y bajadas, desorientación……Un maestro con-vive
con las personas a las que acompaña. Un maestro recuerda el camino andado y
muestra sus “heridas”.
Yo, en ocasiones sigo sintiendo
miedo y vulnerabilidad ¿Y qué?. Son nuevos los retos que me propongo, son
nuevos los modos en los que he de afrontarlos y desconocidos para mí los resultados.
Todos somos maestros de todos.
Me ha gustado mucho leer tu post, sobre todo porque viene al hilo de una serie de vivencias que he tenido los últimos meses y ¡oh! por supuesto no es casualidad leer tu artículo hoy. Viene a ser una evidencia más de mi sentir y pensar acerca de los "gurúes" que me he ido encontrando. Y siempre me gusta dedicarles un "gracias" por todo lo que me han enseñado a no ser.
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